martes, 17 de julio de 2007

Para qué querían el poder

Eduardo Rosales, dirigente estatal del PAN y Jorge Salinas (atrás), líder de la bancada legislativa panista. Foto: Periódico Público.


En las últimas semanas, los panistas de Jaliscia han protagonizado un griterío entre el gobierno del partido y el partido del gobierno; un griterío que ya se salió del tranquilo (aunque a veces fatal) empedrado de la grilla para tomar los pasos a desnivel de los asuntos públicos, y eso les pasa porque tienen una concepción pequeña, chiquitita y torpe de lo que es el poder. Creen que es un botín al que toda la banda debe tener acceso, con una candidatura, una plaza de secretario en el Ayuntamiento, un cargo o noventa en la Comisión Estatal de Derechos Humanos, una dirección en alguna supersecretaría, un trabajito en el comité municipal del PAN. Por ese botín, que no es poder, es por el que están peleando. De ello se desprende también su estrecha concepción sobre la comunicación social, consistente en levantar imágenes y callar al adversario, no en información sobre los asuntos de gobierno o los proyectos de partido, porque ¿cuáles asuntos de gobierno? ¿Qué visión del partido? ¿Para qué quería Emilio González Márquez el poder que trae consigo la Gubernatura? ¿Para tenerlo? Hombre, le tendrían que explicar despacito que el poder es una herramienta de acción, una relación de dominio asimétrica, no una cosa para tener en casa. Le podrían explicar que él podría hacer muchas cosas mucho más grandes, en su provecho o en el de quien él quiera. A él y de una vez a todos los panistas que forman parte de la clase dirigente del albiazul, todos de mediocres ambiciones.
(Ivabelle Arroyo)

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