jueves, 19 de julio de 2007

Por una cultura de oposición

En Jalisco no existe una cultura de oposición(que quizá cabría englobar en la carencia de una cultura del debate). Lo cual ocurre porque aún persiste el estilo de hacer política del PRI:se respeta de manera diríase instintiva,a quien detenta el poder sea del signo que sea.Fatalismo que deriva de la concepción disciplinaria ovejera pirograbada en la mente de los mexicanos durante más de setenta años de cultura política priista.Al Señor Gobernador se le respeta porque es el que manda.Y manda porque es el Señor Gobernador.No importa que sea un discapacitado para ejercer el poder,es el pináculo de la pirámide de fuerzas.Y la jerarquía es inexorable.Vámonos respetando todos.
¿Y cómo oponerse entonces de manera efectiva e inteligente en contra de quien detenta el poder? ¿Cómo debe ser un partido de oposición? Javier Galván dirige el PRI,Gabino Berumen dirige el PRD,pero sus partidos no controlan el poder Ejecutivo,no tienen en su poder la adminstración del estado.¿Qué deben hacer entonces ? Crear un proyecto propio en el que señalen qué harían de alcanzar el poder en Jalisco;en el que resalten lo que no harían porque sería un error;en el que comparen sus diferencias con el proyecto panista en el poder.Y sólo de esa manera se podría concebir,cobraría sentido, una estrategia de oposición.Los choques de coyuntura se entenderían entonces como meros roces secundarios y se tendría conciencia clara de cuáles constituirían de veras,los conflictos reales cuyo tratamiento afectaría el proyecto propio,que difiere del que guía a los panistas. Sin proyecto propio pues,sin una concepción de gobierno de Jalisco,los llamados opositores son en realidad,negociadores.Diestros unos,escandalosos otros,pero su forma de oponerse al poder en funciones,siempre depende de aprovechar los errores del adversario,más que de formular la contradicción real con el propio proyecto.Así han actuado por ejemplo,Enrique Alfaro o Salvador Cosío.No desde un proyecto de partido,sino desde posiciones que enfrentan al poder en asuntos eventuales y de detalle.
¿No cabría demandar de los partidos de oposición por tanto,una exposición clara de sus proyectos propios para gobernar?¿Sería mucho pedir que además de las funciones burocráticas estrictas de sus cargos,formularan las posibilidades de hacer las cosas de otro modo?Sólo así,las estrategias de oposición a proyectos que se perciben erróneos,tendrían significado y permitirían a militantes y ciudadanos adherirse a ellas o rechazarlas.
La oposición es cultura y hay que concebirla y fomentarla.La negociación,la componenda,debe entenderse como una fase del diálogo político,pero no como la única,pues entonces son arenas movedizas que terminan por engullir cualquier oposición.

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