El día de ayer se reunieron el diputado local panista, Gustavo González, y su amiguito el ombudsman electo, Felipe Álvarez Cibrián, con el gobernador priista de Colima, Silverio Cavazos. De inmediato, en la olla de facciones que tiene por nombre PAN, hirvieron los ánimos y provocaron a varios periodistas, quienes la tragaron completa y a título de sus medios lanzaron la crítica (uniforme en varios diarios): ¿Por qué se reúnen estos jaliscienses con el enemigo? ¿Cómo se atreven a hablar con el emisario de la sinrazón? ¿Para qué se reunieron? ¡No se debe hacer! ¡El enemigo es tricolor, es colimota y a quién se le ocurre verlo de frente!
Los motivos que tuvieron el diputado de marras y el cuestionado ombudsman electo no tienen por qué ser honorables, pero el tono la crítica es ingenua, boba y contraproducente.
Ingenua porque sirve a una facción y porque es evidente que proviene de las heridas internas del PAN, no de la indagación periodística. Boba porque el argumento de darle la espalda al supuesto enemigo no sirve para arreglar conflictos. Contraproducente porque da por sentado que la reunión es para favorecer los intereses de Colima en el límite territorial, no indaga en los intereses que puede tener un grupo jalisciense en ese conflicto y termina por abonar a la discordia mediática entre los estados.
Ivabelle
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario